CONSERVADURISMO
Burke .Critica a los Derechos del hombre del la revolución francesa (que son previos a la sociedad civil y a la constitución que se forma para proteger esos derechos)
El derecho natural es, como concepto previo y absoluto a la vida en sociedad, una pura especulación. Los derechos son fruto de la vida social. Esto no quiere decir que niegue la existencia de unos derechos naturales del hombre sino, que estos no son absolutos, y están matizados por la vida en común. Son obvios los derechos a la vida y a la propiedad. Derechos tienen todos los hombres, pero no sobre las mismas cosas, ya que la igualdad es algo contra natura
Los derechos del pueblo solo existen si están en el estado de disciplina de los monarcas, porque los más sabios protegen, dirigen e ilustran.
Comte Joseph de Maistre (Chambéry, 1753 – Turín, 1821),
Según Comte, la Revolución Francesa es como un acontecimiento satánico y “radicalmente malo”, tanto por sus causas como por sus efectos. Enemigo declarado, al igual que el filósofo británico Edmund Burke, de las ideas propugnadas por la Ilustración, condenó igualmente la democracia, por ser causa de desorden social, y se mostró firme partidario de la monarquía hereditaria. Este conservadurismo añade a la religión y al poder espiritual infalible del Papa una función fundamental: liderar la lucha contra la decadencia histórica a que se dirige la humanidad.
Ataca a las ideas de la revolución Francesa, porque los derechos del hombre son dados por el soberano, no son anteriores y, a la idea de igualdad de los hombres, como también, a la idea de su bondad natural pervertida por las malas instituciones, diciendo que el hombre es naturalmente malo y necesita de una monarquía fuerte que lo contenga. Arremete contra la idea de la soberanía popular diciendo que el poder es solo de Dios que lo da al soberano para que gobierne.
Louis Gabriel, vizconde de Bonald (Millau, 2 de octubre de 1754 – 23 de noviembre de 1840).
La revolución Francesas fue el arma diabólica para atacar al catolicismo, el poder del rey es absoluto y el derecho natural lo legitima.- “yo creo posible demostrar que el hombre no puede dar una constitución a la sociedad religiosa y política, como no puede dar peso a los cuerpos o extensión a la materia”Asimismo, nos encontramos con una de las características típicas del estilo de Bonald, como que a través de la razón intenta demostrar cómo los tópicos de la Ilustración no son más que mitos, y los supuestos fundamentos ideológicos de la Revolución francesa son cortinas de humo que tratan de ocultar sus auténticos orígenes que están en las pasiones desordenadas del espíritu humano.
Bonald intuye en el proceso revolucionario un proceso de destrucción de esencias. Unas esencias cuyo olvido desemboca en el caos social y el desorden cívico, ya que es el resultado del mismo desorden de las humanas pasiones que al verse desbocadas y transplantadas al orden social, y por lo tanto, justificadas y legalizadas en forma de ideología, buscan su predominio. Solamente, y por lo tanto, ante tal situación cabe la búsqueda de las esencias, la búsqueda de la forma, es la búsqueda de los elementos últimos de la sociedad y de la persona. Una búsqueda, en la cual hay ya, un descubrimiento en firme: que el fin de la sociedad y el hombre y su fundamento mismo es el mismo: Dios; y su medio de expresión social, la constitución natural de las sociedades, único medio apto para la vida humana. Bonald, así contemplará una sociedad fuertemente jerarquizada, con cuerpos y sociedades intermedios que apelen, más que a la positividad de la norma y del Estado, a la interpretación que esa misma sociedad hace de si misma, de su idiosincrasia y, que ve expresada en sus tradiciones y costumbres, haciéndose por tanto inútil la necesidad de legislar sobre lo que ya está ínsito en lo profundo de lo permanente de la vida social.
Para Bonald, la monarquía y el régimen prerrevolucionario, no son una añoranza del pasado ni tampoco un ideal de futuro, sino más bien una situación presente a la que hay que retornar una vez que pasen las pasiones y el furor que dieron origen a la barbarie revolucionaria. Considera, pues, la convulsión revolucionaria simplemente como una agresión al orden natural y cree que todo desaparecerá cuando las pasiones se hayan desvanecido y pueda volver a imperar la razón.
En 1799 toma el poder Napoleón que se expande militarmente a través de toda Europa , así indirectamente expande ideas revolucionarias (código civil de Napoleón) pero finalmente es derrotado en 1815.Ese año se vuelve atrás, a la época de la revolución, la restauración de la monarquía absoluta, aunque da al pueblo una Carta de Derechos.
De 1830-1848 surgen dos estallidos políticos: los pueblos no aguantan vivir bajo la monarquía absoluta, triunfo de partidarios de la revolución francesa.
Kant,E.:¿Conservador de los privilegios de la aristocracia o de la burguesía?
La reivindicación de la igualdad va a tropezar de lleno contra las prerrogativas de la nobleza. Kant, en especial, condena la herencia de los grandes latifundios, pues obstaculiza la construcción de una sociedad en la que, cada cual, pueda salir adelante según sus talentos y su trabajo. El aspecto antidemocrático surge en la concepción kantiana de la independencia económica, pues para ser plenamente ciudadanos hay que ser, según él, «dueños de sí mismos»,o sea, tener alguna propiedad, o una profesión, o un arte que garanticen la autonomía económica. Quedan excluidos todos los asalariados. En definitiva, Kant introduce una división de los ciudadanos en dos categorías, que en realidad se corresponden con dos clases. No es erróneo, el que algunos atribuyan a Kant una plena correspondencia con las exigencias de la burguesía de su tiempo, al mismo tiempo antinobiliaria y antiproletaria.
Para Kant, la historia es el proceso continuo hacia la realización del derecho, es decir, las relaciones humanas reguladas por el derecho y no por el poder.
Kant nunca admitirá que confiere al pueblo un “derecho de resistencia” contra el soberano. Es por ello, que se opone a los hechos de la Revolución Francesa y a la ejecución de Luis XVI. Según él, la acción política transformadora debe ser encomendada al soberano ilustrado, que a su vez debe valerse del consejo de los filósofos. Rechaza la idea misma de revolución, convencido de que un progreso real se puede obtener mediante reformas guiadas, conducidas desde arriba.
Para Kant, no se trata de una república democrática tal y como la entendemos hoy, pues él siempre será monárquico y considera que la democracia es el peor de los regímenes. Considera más bien que el régimen republicano es el de un estado “civil” basado en el derecho, que reconoce a cada miembro de la sociedad la libertad que posee en cuanto a ser humano, la dependencia de todos con respecto a una única ley y la igualdad.
La libertad la entiende como una limitación puesta por el estado, en una época en que éste (en particular el prusiano) pretendía regular por ley los aspectos más cotidianos de sus súbditos: «Nadie puede obligarme a ser feliz a su manera, sino que cada cual puede procurarse la felicidad de la forma que le parezca mejor».
Distingue forma de gobierno a forma de Estado, a saber:
Formas de Estado son, según el número de detentadores de poder, monarquía, aristocracia, democracia. Formas de gobierno son, el republicanismo y el despotismo, el primero, al gobernar toma en consideración los derechos de libertad e igualad, y el despotismo es el gobierno sobre los súbditos como si fuesen de su propiedad.